¿Tienes el agua un poco verde? ¿Quieres evitar la aparición de algas? No te preocupes. En el artículo de hoy os enseñaremos los motivos principales que provocan el desarrollo de algas. Para evitar este problema, es muy importante, analizar el agua de forma constante y mantener un perfecto mantenimiento de nuestra piscina.
Los residuos son uno de los principales motivos de proliferación de algas. Realizar un constante y correcto mantenimiento resulta esencial: suficientes horas de filtración, limpieza habitual de las paredes y el fondo de la piscina, así como, las cestas de la bomba y el skimmer. Además, es importante asegurarnos de que el filtro de la piscina no tenga un exceso de suciedad.
Debemos controlar que los niveles de cloro estén dentro de los rangos ideales. Las algas empezarán a desarrollarse rápidamente si el agua de nuestra piscina tiene unos valores bajos de desinfectante. Además, debemos tener en cuenta, que las altas temperaturas podrían acelerar este proceso.
Una filtración insuficiente puede producir el crecimiento de algas en nuestra piscina. Debemos controlar los filtros y asegurarnos de que funcionan correctamente para evitar la aparición de puntos muertos. Las algas necesitan agua estancada para crecer, y por lo tanto, podemos evitar este problema gracias a un flujo correcto del agua.
Además del cloro, también es importante controlar los niveles de otros productos químicos. Los desajustes químicos podrían reducir la eficiencia del desinfectante y causar la aparición de algas.
¿Qué parámetros debemos controlar?
Ph: Para que el cloro no pierda efectividad, los niveles de Ph debe mantenerse entre los valores 7,2 y 7,6.
Alcalinidad (TaC)
Concentración de cal (Th)
Las algas se alimentan de los fosfatos presentes en el agua. De esta manera, si los fosfatos están presentes en nuestra piscina, la probabilidad de que aparezcan algas es muy alta. Es por eso que nosotros recomendamos mantener los niveles de fosfatos a un valor de menos de 300ppm.
El clima adverso también puede suponer un problema. Por ejemplo, los vientos fuertes o la lluvia provocan la caída de suciedad dentro de la piscina: hojas, polen, polvo, tierra, plumas, etc. Por otro lado, las zonas con un clima más caluroso tienen tendencia a tener una mayor presencia de algas.
Se despide vuestra asesora de Grupo Piscinas.
Nos vemos en el siguiente blog.